Construida en el siglo XII (1150) es una pequeña ermita románica que conserva parte de su exterior original con conjuntos de arcos ciegos iguales y contiguos.
Fue construida, con la financiación de Bernat Marcús, burgués barcelonés para un hospital y un hostal, en medio de huertas regadas con el agua de los pozos.

Es una capilla de una sola nave con bóveda de cañón, con un ábside probablemente semicircular eliminado el siglo XVIII. Sólo son visibles dos fachadas, porque las otras dos son adosadas a las casas vecinas y se han transformado en medianeras, pero las dos que se conservan están decoradas en la parte superior con frisos de arquillos bajo el alero. Como buena parte de los edificios antiguos de Barcelona, ​​está construida con piedra de Montjuïc.

Situada al lado del antiguo camino romano, (Vía Franca), que salía de la ciudad (actual calle Carders) hacia Francia. Siendo este el camino milenario de la salida por tierra y lo más importante de la ciudad es natural que se situaran todos los establecimientos dedicados a las comunicaciones: los correos a caballo, que tenían el centro a la capilla de Marcús ; los arrieros, los alhóndigas, depósitos de mercancías y dormitorios vez, y los hostales. Más tarde, a finales del siglo XIX, salían de esta vía (calle  Carders) las diligencias que iban hacia el norte de Cataluña.
A su alrededor estaban los famosos hostales de la Flor del Lliri, del León, de la Masa, de los Caballos, de la Campana, del Estanyer, … en los que también pernoctaban barceloneses que por cualquier circunstancia se encontraban el Portal Nou cerrado y no podían entrar en la ciudad.

Su advocación a la Virgen de la Guía le valió ser elegida como local de la Cofradía de los Correos a Caballo, importante gremio que durante dos siglos hizo de Barcelona el centro del intercambio de correos entre la península Ibérica y el resto de Europa.