Para muchos desconocidos, en el Raval de Barcelona encontramos una joya del románico, el monasterio benedictino de Sant Pau del Camp.

Su propio nombre ya nos delata un origen rural, entre huertas y campos.

No hay datos que fijen el momento de su fundación pero al encontrarse en mismo monasterio la lápida funeraria, que sellaba la tumba del conde Guifré-Borrell, hijo de Guifré El pilós, hizo pensar que cuando murió en el año 911 el monasterio ya existía, y que este tenía que representar un lugar de notable importancia si un miembro de la casa condal barcelonesa estaba enterrado.

Su ubicación fuera de murallas de la ciudad facilitó que en el año 985 el monasterio fuera saqueado y quemado por las tropas de  Almanzor. Probablemente los monjes benedictinos que habitaban el monasterio lo abandonaron, ya que se sabe que desde aquella época y durante más de 100 años quedó deshabitado y solo la iglesia se mantuvo abierta.

Ya a finales del siglo XI, Geribert Guitard y su esposa Rotlendis, miembros nobles de la casa de Bell-lloc, llevaron a cabo la restauración, que debió ser casi total ya que son pocos los elementos de épocas anteriores que se han encontrado, y fundaron de nuevo el monasterio uniéndolo al de Sant Cugat del Vallés para establecer una comunidad monacal. Así nació el priorato de Sant Pau del Camp.

Durante el siglo XIV se construyó la nueva  muralla de la ciudad que conlleva que finalmente el monasterio de Sant Pau del Camp quedó englobado dentro del recinto enmurallado.

En el año1508, el monasterio se unió al de Montserrat hasta  que en 1593 se volvió a unir, también en forma de priorato, al de Sant Cugat.

La comunidad monacal abandonó definitivamente Sant Pau del Camp el año 1835, con la ley de desamortización de Mendizabal,lo que supuso la exclaustración.

Años más tarde un grupo de barceloneses encabezados por Víctor Balaguer, luchó para que Sant Pau del Camp fuese reconocido como monumento nacional, reconocimiento que llegó en 1879.

En 1894 se inició una primera restauración que, pasando por diversas etapas, finalizó en 1927 con el derribo de los anexos, salvando una sala capitular gótica del siglo XIV.

Del que fue el antiguo monasterio de Sant Pau del Camp hoy día solo queda la iglesia, que funciona como parroquia, la sala capitular, el claustro y la casa abacial, ahora rectoría

La puerta del monasterio está flanqueada por dos columnas de marmol donde se apoya la arquivolta de medio punto. La decoración de este frontal es de la época visigótica, con representaciones tetramórficas de los cuatro evangelistas.

En el tímpano aparece representado Cristo en Majestad en actitud de bendecir, acompañado de San Pablo a la derecha y San Pedro a la izquierda. Debajo hay las inscripciones de los nombres de Pedro y Pablo, Alfa y Omega.

El claustro de Sant Pau es del siglo XII, posterior a la de la iglesia, y muestra claras influencias árabes.

Los arcos son trilobulados, decorados con frisos geométricos o vegetales, y descansan sobre columnas aparejadas.

Los capiteles hay muchos de la época de transición derivados del corintio, pero hay otros claramente románicos con representaciones zoomórficas y de animales fantásticos. O de representaciones historiadas, como el de Adán y Eva.