Saliendo de Barcelona por la calle guipuzcoa en dirección a la ronda del litoral,y ya en el témino municipal de Sant Adria del Besós nos sorprende encontrarnos en una glorieta y dentro de una pequeña zona ajardianada una puerta de piedra de estilo gótico.
La majestuosidad de esta puerta, a la cual le falta el tímpano, nos hace pensar que perteneció a un convento o a un monasterio de la edad media ¿pero que hace en esta glorieta?
Esta portada gótica pertenecía originalmente a la iglesia del Convento de la Virgen del Carmen, actualmente desaparecida, y perteneciente a la orden de los Carmelitas Calzados de Barcelona.Este convento se encontraba en la calle del Carmen (de ahi recibe su nombre) número 40 de Barcelona. Hoy en su lugar encontramos unos edificios de viviendas.
El convento del Carmen de Barcelona se construyó entre los años 1291 y 1292. El convento empezó a tener relevancia a partir del año 1323 cuando se hospedó aquí el rey Jaime II. El año siguiente, en 1324 se hizo un capítulo general de la orden y hacia el año 1333 se estableció un “estudio general” donde se inició la enseñanza superior a miembros de la propia orden carmelita.
La iglesia del convento del carmen empezó a construirse en 1294, poco después de su fundación. Era un edificio de nave única con ábside poligonal y capillas laterales entre los contrafuertes. Los gremios patrocinaban algunas de estas capillas, donde disponían retablos y demás mobiliario, al tiempo que contribuían a la construcción del edificio. La entrada se hacía por una puerta lateral, que daba a la calle del Carme. Al norte había un claustro (posiblemente del siglo XIV), más adelante (en los siglos XIV y XV) se hizo un segundo claustro al norte del primero y, en los siglos XVI y XVII, se reedificó el primer claustro.
El siglo XV se inicia una época de decadencia, como consecuencia por una parte de la situación de la ciudad que sufre la peste negra y por otra parte por una división en el seno de la orden carmelita.
La época de máximo esplendor del convento se registró entre los siglos XVI y XVII, es en esa época cuando se reconstruye el claustro y se funda el colegio de Sant Angel, en la Rambla.
Con la guerra de la sucesión vuelve otra etapa de decadencia que se agravó hasta el 1714. Posteriormente la vida en el convento se fue normalizando hasta el siglo XIX. Durante la Guerra del francés (1808-1814) el convento fue saqueado por las tropas francesas. De nuevo con las bullangas de 1835 el convento fue asaltado y muchos de los religiosos fueron asesinados, dejando la iglesia totalmente quemada y el convento con pocos daños. La comunidad se dispersó.
En 1838 los edificios fueron adquiridos por el Ayuntamiento y se utilizaron para instalar en la Universidad, hasta que ésta se trasladó a su actual ubicación (1872). En 1874 se venden los edificios y se derriban, y en el solar se construyeron viviendas y se abrieron nuevas calles.
En cuanto a la comunidad carmelita, ésta se reorganizó mínimamente. En 1909 les fue cedida la capilla de Sant Llatzer, y posteriormente se trasladaron a una casa en Sarria, donde poco después se disolvieron. En 1924 se llevó a cabo la refundación.
Superposición del convento con el plano actual de la zona
En el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC) se conservan algunos de los elementos escultóricos del convento .
Cuando en 1874 se derriba el convento, la piedras fueron vendidas .En aquella época lejos de valorar la arquitectura gótica, las piedras eran vendidas muy baratas para hacer fundamentos. Posteriormente la condesa de Moragas compra la portada gótica con la intención de iniciar la construcción de una iglesia y decide su ubicación en la masía de Cal Tondo (en Sant Adria del Besos) de su propiedad con la intención de levantar allí la iglesia, donde vuelve a montar piedra a piedra los cimientos, las jambas, el dintel y las arquivoltas ojivales. Una vez montada los terrenos pasaron a propiedad de Antoni Rocamora, quedando la portada, en medio de campos de cultivo y a la intemperie, unos 115 años, llamando la atención de los que circulaban por la carretera y después por la autopista
Con los años queda rodeada por la autopista A-19 Barcelona-Mataró y empieza a obtener notoriedad formando parte del paisaje de Barcelona.
En 1991 con motivo de los Juegos Olímpicos se construye la ronda del Litoral y se decide cambiar la puerta hasta su emplazamiento actual.