Si en un extremo de Ciutat Vella encontramos una joya románica como es el monasterio de Sant Pau del Camp al otro lado del distrito encontramos también otra joya románica, que es la que da nombre al barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera,se trata del monasterio benedictino de Sant Pere de las Puellas.

Este monasterio femenino fue fundado en el año 945 por los condes de Barcelona y consagrado por el obispo Guilará.En el mismo lugar donde se construyó el monasterio había existido en el siglo IX la iglesia de Sant Sadurní.

El monasterio tuvo un papel importante en la configuración del barrio que lo rodea, originariamente enclavado fuera de las murallas de Barcelona hasta que el rey Jaume I hizo construir las nuevas, que reseguían la actual ronda de Sant Pere y cerraban el barrio de la Ribera, derrocado parcialmente por las tropas de Felipe V después de la guerra de 1714. El desarrollo de la zona se vio favorecida por el apoyo de los condes y la presencia de la reguera condal, un curso de agua que facilitaba la actividad industrial.

Los ataques de las tropas árabes de Almanzor, los incendios,las exclaustraciones y las desamortizaciones del siglo XIX marcaron el destino del templo. El 1873 fue derrocado, salvo la iglesia, que se convirtió en parroquia. Finalmente en el año 1879 la comunidad se trasladó a una nueva sede en Sarriá, en la calle de Anglí, donde permanece actualmente.

Durante la semana trágica del 1909, la iglesia sufrió un grave incendio y la Torre de los Pájaros, sobre el cimborrio, se hundió. La restauración de 1911 alteró la estructura de la iglesia. Durante la guerra civil, volvió a ser quemada. El año 1945, nuevamente restaurada, fue reconsagrada.

El actual conjunto monástico, sólo conserva la iglesia, reconstruida totalmente después del incendio de 1909. El original era una iglesia románica, de planta de cruz griega con ábside a la cabecera.En el transepto había un cimborrio sobre trompas sobre el cual se levantó en el siglo XIV un campanario cuadrado, denominado Torre de los Pájaros, se añadieron capillas y otros elementos constructivos, como un nuevo campanario el siglo XVIII.

El monasterio tenía un claustro de dos pisos correspondientes al siglo XII, románico, y al XIV, con arcos góticos, respectivamente. El claustro fue destruido, junto con otras dependencias, en el 1873, pero se conservan diez arcos góticos del siglo XIII que se encuentran en un parque de la ciudad de Terrassa. Del claustro románico se conservan tres arcos con capiteles esculpidos,que se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Otros fragmentos se encuentran en una finca particular de Sant Antoni de Vilamajor y en el Museo Santacana de Martorell.

En 1911 se llevó a cabo una restauración por el arquitecto Eduard Mercader. Esta no gustó por el hecho de modificar claramente la estructura y la apariencia interna y externa de la iglesia, hasta el punto de hacerla muy diferente de la original. La actual planta es basilical, a pesar de que se puede identificar la parte original en forma de cruz, donde se conservan las columnas exentas románicas con capiteles corintios originales, algunas impostas de arco con relevos del siglo X (de la antigua capilla de Sant Sadurní) y las vueltas de cañón y el cimborrio del siglo XII. El ábside central es del siglo XV, pero la restauración le dio una apariencia románica. La fachada, es de un estilo ecléctico, es un muro que esconde los diferentes elementos que formaban parte, dándolos uniformidad, con grandes ventanales neogóticos, proyectados a partir de un ventanal del siglo XV, cegado, que había al muro del transsepto. Conserva la portalada de entrada original, también del siglo XV, con una escultura gótica de Sant Pere al tímpano.