El Palacio Moja

En la esquina que forman la calle Portaferrisa con las ramblas encontramos el Palacio Moja o también llamado palacio del marqués de Comillas, único recuerdo del carácter residencial que hasta mediados del siglo XIX tuvo esta zona de las ramblas de los estudios.

 palau foto gencat                    Palacio Moja, desde las Ramblas de Barcelona.Foto Gencat

La construcción del palacio se inició en el año 1774 con el derribo de la muralla de las Ramblas y de la puerta Ferrissa, y se prolongó hasta 1789.La construcción del nuevo palacio tuvo lugar en los terrenos de la antigua casa que los Cartellá tenian en la calle Portaferrisa,añadiendo tres casas que había en uno delos lados hasta la esquina con la Rambla de los estudios.

Maria luisa Descatllar,marquesa de Cartellá y de Moja impulsó la construcción del nuevo edificio,obra del arquitecto Josep Mas Dordal que lo diseñó en un estilo que muestra los últimos momentos del barroco junto con las tendencias estéticas neoclasicistas llegadas de Francia.

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La fachada principal del Palacio Moja al igual que la entrada principal no se encuentran en la rambla sino en el número 1 de la calle Portaferrisa,que se habia convertido en una calle de prestigio con comunicacion directa con el centro de la ciudad. Aun así la Rambla ya era un paseo principal y de hecho la estructura interior del palacio se organiza hacia este eje.

Iniciadas las obras en el 1774, no se inauguró hasta al cabo de diez años con motivo de la fiesta nupcial de la hija mayor de los marqueses de Moja, razón por la cual se dio a conocer la obra pictórica de Francesc Pla en el Salón Principal y en las fachadas.

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Josepa de Sariere y de Copons, último miembro de los Moja y Castellá, murió en 1865 sin dejar descendencia.En el siglo XIX, el palacio Moja pasó a manos de un nuevo linaje, el de Comillas.

Como cura y limosnero de los Comillas, vivió en esta casa entre 1878 1892 el gran poeta Jacint Verdaguer, que dedicó el poema “ La Atlántida” a su mecenas y protector, Antonio López López, primer marqués de Comillas. El título le fue otorgado el año 1878 por el rey Alfonso XII, que también durmió en el palacio al llegar a Barcelona después del su exilio

El año 1934 cuando el propietario del edificio era Joan Antoni Güell López, conde de Güell se hizo una reforma general. Fue entonces cuando se abrieron los pórticos de la planta baja para ensanchar la acera que era demasiado estrecha. Bajo los porches del palacio Moja se instalaron pequeñas tiendas en el espacio que actualmente ocupan la librería de la Generalitat y la farmacia que hay tocando a la calle Portaferrisa.

También como consecuencia de la reforma de 1934,aquel jardín romántico que tenía el palacio se convirtió en los almacenes SEPU. De hecho coronando la fachada aún se pueden ver algunos de los jarrones de piedra que guardaban la antigua valla del jardín.

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Durante la Guerra Civil Española, el Palacio pasó a ser la sede de la CNT, lo cual supuso casi la destrucción por expoliación del arte que entre sus muros conservaba. Como anécdota, todas las alfombras, (la del salón principal medía 110 m²) fueron troceadas y supuestamente entregadas a la clase obrera para su gozo y disfrute.

En 1969,el Palacio Moja fue declarado monumento de interés histórico y artístico.

Actualmente acoge las oficinas de la Dirección General de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio después que el Departamento de Cultura de la Generalitat lo adquiriera en el año 1982 y encargase una necesaria restauración después de dos incendios y el estado de abandono.

Después de esta intervención de la Generalitat, el salón principal del palacio volvió a lucir los plafones murales que la marquesa de Cartellá encargó a Francesc Pla, para que pasaran la posteridad las crónicas de su noble familia.
Entrando por el vestíbulo nos encontramos con la escalera noble, una de les joyas del palacio. El marqués de Comillas, mandó revestirla con mármol y construyó una barandilla con el mismo material. El encargado de decorar les paredes fue el pintor romántico Eduardo Masdeu Llorenç.

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Subiendo la escalera vamos a parar al lugar más noble del edificio: el gran salón. Tres pisos de altura, planta cuadrada y grandes ventanales abiertos a la Rambla son sus características más destacadas. La decoración es obra de Francesc Pla, conocido como “el Vigatá”. Sus pinturas murales, de 1791, con escenas históricas, retratos de la familia Moja y decoración floral fueron testimonio de les celebraciones más exquisitas del palacio.

 

salo_vigata                      Gran Salón: Estancia noble del palacio.Foto Gencat

Otros tesoros, como la capilla de padre Verdaguer (donde celebraba misa para la familia de su mecenas, el marqués de Comillas) y la sala de las maquetas de los barcos de la Compañía Transatlántica: una espectacular colección de miniaturas de la flota propiedad del marqués.

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